La computación cuántica es una tecnología emergente con el potencial de resolver problemas específicos en segundos, problemas que hoy requerirían a los superordenadores más potentes millones de años. Aunque aún se encuentra en sus primeras etapas, su avance constante está comenzando a generar impacto real en sectores como la logística, las finanzas, la farmacéutica y la ciberseguridad.
De la física cuántica a los negocios
La computación cuántica nace de la física cuántica, una teoría que describe el comportamiento de la materia a escalas subatómicas. Dos propiedades clave de este mundo microscópico son:

- Superposición: un elemento puede estar en varios estados al mismo tiempo.
- Entrelazamiento: dos partículas pueden estar tan correlacionadas que lo que le pase a una afecta a la otra, instantáneamente y sin importar la distancia.
Estas propiedades permiten que un ordenador cuántico realice muchos cálculos en paralelo, mientras que un ordenador clásico debe resolverlos uno por uno.
Bits vs. Cúbits: el nuevo lenguaje computacional
Mientras que los ordenadores clásicos funcionan con bits (0 o 1), los ordenadores cuánticos utilizan cúbits, que pueden ser 0, 1 o ambos a la vez. Además, los cúbits pueden entrelazarse y formar sistemas de información altamente correlacionados.
Gracias a esto, los ordenadores cuánticos pueden explorar muchas soluciones posibles simultáneamente. No son «más rápidos» en todo, pero son más eficientes para ciertos problemas específicos, como la optimización de rutas, la simulación de moléculas o la detección de patrones complejos.
De la teoría al uso empresarial
Desde que el físico Richard Feynman propuso la idea en 1981, los avances han sido constantes:
- Algoritmos que podrían romper la criptografía actual (Shor, 1994).
- Prototipos experimentales de computadoras cuánticas funcionales (IBM, Google, D-Wave).
- Acceso a ordenadores cuánticos reales a través de la nube (IBM Quantum Experience, desde 2016).
Hoy, empresas en sectores críticos ya están explorando esta tecnología para:
- Optimizar la logística global (Volkswagen, DHL).
- Acelerar el diseño de fármacos (Roche, Pfizer).
- Proteger infraestructuras digitales (bancos, aseguradoras).
Y en tu empresa, ¿qué?
Si tienes procesos donde:
- Hay muchas variables y restricciones (rutas, stock, producción).
- El tiempo de cálculo es un cuello de botella.
- Las decisiones afectan directamente a tus costes o ingresos.
Entonces vale la pena explorar si la computación cuántica puede ayudarte a ser más eficiente, más rápido o más competitivo.
Aún no necesitas tener un experto en física cuántica en tu plantilla. Pero saber qué es esta tecnología, en qué casos se aplica y cuándo puede darte ventaja es parte de la estrategia empresarial moderna.
La computación cuántica no es solo el futuro. Ya está empezando a ser una herramienta de negocio.
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